lunes, 10 de septiembre de 2007

Sujetos pasivos. Carmen García-Roméu.



Tras el intervalo de laboriosidad que me ha tenido alejado de estas líneas, vuelvo a ellas con una breve reseña a un libro también breve y de lectura afable. Soy un gran amigo de la coherencia en letras, un gran admirador de todos aquellos y aquellas sabedores de sus limitaciones que permiten la escritura de libros sencillos que aportan, además de su misma coherencia, que ya no es poco, una amabilidad implícita a la normalidad, a la rutina de un leer agradable sin pretensiones.

El retrato de la sociedad funcionarial - visto desde el otro extremo que Dostoievski - copa gran parte del mercado literario de esta novelita. Creo que la autora, incluso, hubiera debido ahondar más en ese perfil de oficinista a sueldo de estado que tan bien conoce y no entrometerse en una trama, que en algunas páginas carece de consistencia. Sin embargo es un libro "majo", con personajes a los que se les coge cariño, y todo teñido de una fantasía que de sencilla se hace entrañable. Un libro para empezar.

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