domingo, 19 de abril de 2009

Docta Spes.

El homo absconditus de Bloch supone la clave de bóveda de todo su sistema, cimentado a su vez en el Principio esperanza. En oposición al Deus absconditus, Bloch reclama la preminencia de la humanidad concreta (en opósición a Feuerbach), y se introduce en plena corriente cálido-marxista. Sin embargo no deja de ser su mayor logro el incluir el factor religioso sin restarle un ápice de su importancia. Su capacidad de aglutinar en un mismo pensamiento toda la base social marxista y la escatología judía liberada de estrecheces nacionalistas, hace de Bloch un pensador a recuperar. Se acostumbra a ver en su ontología de aún-no, derivada de una lógica huida del Sujeto = Predicado, y justificada en un S aún no es P, su punto más débil. Es cierto que la lógica fundamentada únicamente en la identidad y en la no contradicción fomenta el inmovilismo. Ya Aristóteles priorizaba la causa final como ousía, y ya sabemos de cierta existencia de la izquierda aristotélica. Sin embargo creo que es mejor un acercamiento a Bloch mediante herencia kantiana. Vicente Ramos Centeno en España lo refiere a la razón práctica de Kant. Algo no desestimable para todo aquel que haya leído atentamente al filósofo de Konigsberg. Creo en una lectura que vaya de la Crítica de la razón práctica a la de Principio Esperanza.

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