Llego a este librito - Anagrama, ¡qué raro! - mediante la película. Algo que en mí es bastante extraño, debido a que mi cultura cinéfila es estrambótica y corta.
En esta novelita crítica con los Estados Unidos, que se desarrolla en una universidad de niños pijos - que sean hippies es un más a más de la pijería, siendo ésta última condición necesaria pero no suficiente para lo primero - Easton Ellis nos enrrolla en una espiral de nihilismo de folleteo, drogas y charlas embebidas en una cultura académica incapaz de nutrir proyecto común alguno. Por lo tanto otra especie de elitismo que sabe retratar muy bien.
El texto está escrito en primera persona, pero adentrándose en los muchos personajes que configuran la trama. Cada parágrafo viene precedido por el nombre del personaje en cuestión, por lo que no peca el autor de querer aparentar lo que no se es: experimentos joyceanos obcecados en su inmodestia. Algo a destacar en su buen hacer y que facilita la lectura.
La historia es lo menos, aunque a destacar momentos delirantes en cuanto ridículos.
Se trata de un libro recomendable, por su calidad, su cantidad y su precio. Un buen regalo.
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