lunes, 3 de diciembre de 2007

El día que murió Chanquete. J. Collado.


Debo reconocer que accedí a este libro - suavemente depositado en la estanteria de mi amada biblioteca pública de lleida (¿Acaso no amo a todas las bibliotecas?) - por lo llamativo del título, y la modernidad que la contraportada - leída demasiado vertiginosamente - me aseguraba. Digo esto porque no supe que se trataba de libro y colección gay hasta leer el primer párrafo y convencerme posteriormente al enterarme del título de la colección: Salir del armario.
Me picó si cabe aún más la curiosidad. No tengo costumbre de explicar tramas en este mísero blog, por lo que tampoco lo haré ahora. Tan sólo dejar caer que se trata de una novela de amores (obviamente de amor gay) frustrados y logrados que el protagonista vive con ejemplaes Bear. De allí su primera erección con Chanquete.
Hay tres partes bien diferenciadas. Una primera en presente, una media que accede a tiempos lejanos, y una final también en presente que ofrece el desenlace.
No me ha gustado la segunda. Excesivamente alargada, cuando ya el mismo autor nos había acostumbrado a un ritmo trepidante y bien llevado en la primera. Además su registro en pasado no está todo lo dominado que debiera estar: sobre todo en oposición a la primera persona presente. Particularmente pienso que allí se tropieza consigo mismo: parece ser resultado de cierta manía a explicar todo, cuando a lo mejor un simple silencio o un recuerdo menos expuesto, más sincopado, hubiera mantenido mejor el ritmo y la atención.
Por otra parte he echado de menos una mayor implicación queer. En mayor medida cuando considero que el mayor atractivo del libro es que precisamente sea gay: el enfrentarnos con pre-juicios a lo Gadamer (no como juicios establecido anti-lo que sea) nos hace ser conscientes de nosotros mismos y de toda la axiología que llevamos dentro. También me parece chistoso que en el prólogo se nos cite el texto como un choque de registros cuando el monismo es absoluto. Sí que cita a Nietzsche, pero como quien puede citar a Ibn Rusd o al mismísimo monje Gaulino; sin tener ni idea de quién son.
Es graciosillo. Una novelita normalita. Pero gay. Y por lo tanto una puerta a un mundo que mucho/as no vivimos ni, seguramente, viviremos...
¿Viajar sin salir de casa?

No hay comentarios: